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"Desierto Vestido": La ONG chilena que busca resolver el problema de la ropa desechada en el desierto de Atacama

Desde retazos de textil hasta prendas nuevas de marcas de prestigio, las toneladas de fardos de ropa que ingresan por las fronteras a nuestro país se han vuelto un problema a nivel ambiental. Esta práctica ha alarmado a distintas ONGs que buscan solucionar el problema desde su raíz, es decir, promoviendo el reciclaje, reutilización y "dar una segunda vida a las prendas", y presionando a las autoridades correspondientes y empresas para que se generen políticas que regulen de mejor manera el ingreso de estas toneladas de ropa y basura.

A las afueras de Alto Hospicio, en la provincia de Iquique, se encuentra uno de los mayores vertederos de ropa ilegales en todo el mundo. "Esta ropa no es de aquí, cerca del 70% proviene de Estados Unidos, y el resto de Europa y Asia, principalmente", indica Bastián Barría, co-fundador de Desierto Vestido. "Esta ropa es importada desde el puerto de Iquique, y la merma termina siendo descartada en el desierto, lo que afecta al medioambiente y la salud pública", añadió.

Además, esto es solo la mitad del problema, puesto que para evitar que estos montones de ropa queden ahí acumulándose, el siguiente paso consiste en incinerarlos, algo que en Chile se encuentra penado por la ley. "Se estima que son casi 300 hectáreas contaminadas, no necesariamente por ropa, sino que por las cenizas", señala el especialista en economía circular.

La quema de productos derivados del petróleo, como fibras de plástico, entre otros elementos, genera humo sumamente dañino para la salud de los habitantes que se encuentran a los alrededores de este vertedero, haciendo aún más grave esta práctica.

Se espera que con la declaración del textil como un producto prioritario en la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, la situación pueda mejorar, desde la fiscalización hasta el manejo de los desechos.