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Nuevo estudio identifica refugios naturales en Chile ante el cambio climático

El cambio climático es una problemática innegable, que amenaza con transformar drásticamente los ecosistemas de todo el mundo, incluido nuestro país. En este marco de la prevención de los efectos que genera, surge una pregunta: ¿dónde podrán resistir nuestras especies nativas?

Distintos estudios hablan de lo que son los “refugios climáticos”, una alternativa sumamente viable que no supone una inversión mucho más allá de su resguardo. “Un refugio climático es una zona que solamente por el atributo de su ubicación permite aminorar los efectos del cambio climático”, señaló Patricio Pliscoff, director del Centro de Ecología y Territorio de la Universidad de Los Andes.

Mediante distintos modelos de predicción, el equipo liderado por Patricio identificó dos zonas que podrían servir como refugio para distintas especies de la zona central y sur, siendo una de ellas el bosque de Zapallar (zona costera con microclimas templados) y Chiloé continental (bosques húmedos y resguardados de cambios extremos). Estas áreas podrían funcionar como “refugios” donde especies podrían persistir cuando otros territorios se vuelvan inhabitables.

En concreto, el estudio utilizó datos directos del bosque de Zapallar para poder catalogarlo como un refugio, siendo el primero de este tipo en ser estudiado de esta manera. “El bosque de Zapallar es una cadena de cerros que funciona como un micromundo de la zona central (...) los datos tomados nos permitieron identificar zonas con baja amplitud térmica, algo sumamente importante”, explicó el experto.

Además de estas zonas “equilibradas” que permiten mejores condiciones para distintas especies de flora y fauna, este bosque cuenta con una capacidad de recuperación notable, que permite que crisis hídricas como la que se vive hoy en la zona centro no sean fatales para la vegetación. “Incluso aunque haya pocas lluvias, o concentradas, los datos han mostrado que se recompone muy rápidamente (...) además descubrimos que cerca del 18% del agua que absorben las plantas en esa zona es de la neblina que ingresa en las mañanas”, añadió Patricio.

La desertificación creciente en el norte, estrés hídrico en la zona central, pérdida de glaciares en la cordillera y alteraciones en los ecosistemas costeros y australes hacen que identificar y caracterizar estos refugios sea de vital importancia para el futuro. El siguiente paso es conseguir que estas áreas sean protegidas en alguna de las clasificaciones, ya sea santuario, parque o reserva nacional, para que de esta forma podamos resguardar nuestras especies nativas del inminente cambio climático.